miércoles, 17 de septiembre de 2014

LA FAMILIA BOGAERT DE MAO 1

Por Rafael Darío Herrera

Musié Bogaert

Libert Louis Bogaert Leunis y Dolores de Js. Román Grullón, Lolita


Libert Louis Bogaert Leunis nació en Lovaina, Bélgica, el 10 de julio de 1866 y f. 26 de marzo de 1935, hijo de Louis Dominique Bogaert y Jeanne Clasina Leunis. Concluyó sus estudios de ingeniería en 1889, luego de lo cual vino a la República Dominicana a dirigir los estudios para la construcción del Ferrocarril Central Dominicano, entre Puerto y Santiago, y posteriormente asumió la construcción del mismo.

En Puerto Plata, el ingeniero Bogaert conoció a la señorita Dolores de Js. Román, n. 1873 y f. 1962, hija de Miguel A. Román y Eugenia Grullón, con quien casó en Santiago el 28 de julio de 1892 en la catedral de Santiago, pero continuaron residiendo en Puerto Plata donde nació su primera hija Jeanne Eugenia.

Una vez finalizada la construcción del ferrocarril, y por su extraordinaria capacidad técnica, al ingeniero Bogaert le correspondió dirigir y construir una inmensa cantidad de obras en una ciudad como Santiago que ese momento era el centro productivo y comercial más importante de todo el país, que incluyó puentes, caminos, carreteras, edificios como el majestuoso Palacio Consistorial de Santiago y Moca, el teatro de la 30 de Marzo, calles y obras de desagüe, aceras, etc.

En la loma La Búcara, Jacagua, en la cima de la cordillera septentrional, donde imperaban bajas temperaturas durante gran parte del año, Bogaert construyó una pequeña vivienda de esparcimiento y estableció una pequeña finca en la que también sembró algunas frutas exóticas así como café y café.

Los ensayos agrícolas realizados en la finca le aportaron conocimientos empíricos de la agricultura moderna pues empleó abonos naturales, aprendió a podar y otras labores culturales, labor que realizaba con el auxilio de trabajadores haitianos. (Cfr. Ramón Delgado Bogaert, Musié Bogaert. Un ingeniero belga flamenco al servicio de la República Dominicana, Santo Domingo, 1998).

A Bogaert se le consultaba para toda obra considerada de relevancia así como para realizar trabajos de mensura y deslinde de tierras. Como parte de estas tareas en 1915, el Ayuntamiento de Mao lo contrató para trazar el plano del ejido, labor que ejecutó en compañía del agrimensor empírico Carlos Mejías y recibió un estipendio de quinientos pesos. Mientras realizaba las mediciones y cálculos topográficos, el ingeniero Bogaert se percató de que el río que bordeaba gran parte del ejido se hallaba más elevado que el resto de la planicie y a partir de este dato empezó a bullir en su ágil mente la idea de construir un canal de riego.

El 26 de diciembre de 1918 empezaron a fluir las aguas por el pequeño canal de cuatro kilómetros de extensión y un costo de siete mil dólares. A partir de este momento empezó una verdadera revolución agrícola y Mao pasó de ser un páramo a fértil y reverdecido valle donde el bosque seco fue reemplazado por sembradíos de arroz, plátano, yuca, batata, maíz, etc.

Esta obra de infraestructura, la primera en toda la región, transformó la vida económica de los pobladores de la pequeña comunidad de Mao, quienes, al cabo de años, pasaron de vivir de la crianza libre de ganado a la agricultura, pues Musié Bogaert les enseñó también las técnicas de la agricultura moderna. Las élites económicas de Mao organizaron la Sociedad de Regantes, y cotizaron en cuatrocientos el valor de cada una de las acciones, para construir un segundo canal de riego que inauguraron en abril de 1923. A casi cien años de construidas esas dos obras todavía hoy la agricultura de Mao depende de ellas. (Para más detalles véase a Rafael Darío Herrera, Población, agricultura y política en Mao, 1880-1960, Santo Domingo, 2000).

En 1921 el ingeniero Bogaert se estableció con su familia en Hatico, Mao, donde construyó algunas viviendas con estilo arquitectónico angloantillano así como almacenes, secaderos, molino, etc. Descendientes:

I Jeane Eugenia Bogaert Román, n. 1893 y f. 1987.

II Luis Domingo Bogaert Román, 1894 y 1987.

III Federico Carlos Bogaert Román, 1895 y 1896.

IV Alberto Aquilino Manuel Bogaert Román, n. 6 de noviembre de 1897 y f. 28 de diciembre de 1958.

V Carlos Bogaert Román, 1898 y 1898.

VI Elena Margarita Bogaert Román, n. 10 de abril de 1899 y f. 1982.

VII Huberto Carlos Godofredo Bogaert Román, n. 1º de marzo de 1901 y 2 de diciembre de 1962.

VIII Eduardo Guillermo Bogaert Román, n. 2 de septiembre de 1903 y f. 1981, cc. Estela del Carmen Álvarez Perelló, n. 1914.

IX Eugenia María Bogaert Román, n. 23 de octubre de 1904 y f. 1991.

X María Dolores Bogaert Román, n. 29 de mayo de 1906 y f. 1991.

XI Estafanía Henriqueta Bogaert Román, 1907 y 1973, cc. Robert Smith.

XII Berta Gertrudis Bogaert Román, n. 1908 y f. 9 de noviembre de 2000.

XIII Miguel Bogaert Román, 1910 y 1945.

XIV Carmen Augusta Bogaert Román, n. 1912 y f. 7 de junio de 1999.

4 comentarios:

  1. El progreso económico de la familia Bogaert, trascendió a otras familias cuyos miembros fueron trabajadores de ese gran emporio económico y ahí surgieron los ricos del sudor y del trabajo honrado, el que siempre deja un sello eterno de una acrisolada y sana conducta que no muere al paso de los tiempos y que permanece de generación en generación. No así la fortuna fácil, la que nace y se desvanece como la espuma en los mares, a la que todo el mundo selañala como hija del dolo. No podemos abandonar este comentario sin dejar de expresar que ese florecimiento económico que experimentó Mao descansó sobre los hombros de los cientos de trabajadores y trabajadoras que laboraron en esa empresa. Muchos de estos trabajadores no solo dejaron su sudor en la impronta de sus esfuezos y su duro sacrificio, sino que fueron afectados por enfermedades como la Tifoidea, llamada en esa época como "fiebre mala" y el paludismo, entre otros padecimientos que, ocasionaron la muerte a los hijos del sol y del fango.

    Antonio Mateo Reyes.

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  2. Tienes razón Monchy, pero ya esa es otra historia que la analizo en mi libro Población, agricultura y política en Mao, 1880-1960.

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  3. Bien, dos caminos que se juntaron en el mismo vertice de un mundo de progreso y sufrimiento .Solo que en mi pequeña escritura ,además de ese innegable progreso económico, recordamos también al látigo que caía implacablemente cortando los rayos del sol, hasta llegar y hacer sangrar al lomo del atribulado y cansado buey. Eterno compañero del sudor y del Boyero hambriento que de hongos tenía rajados sus pies,quien para mitigar y vercer sus penas y dolores llevaba en sus bolsillos una botella de café

    Rafael Darío, me gustaría tener en mi biblioteca ese libro.Dónde lo puedo conseguir.

    Antonio Mateo Reyes.

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  4. Ahí trabajaron mi abuelo Federico Muñoz Chavez y mi padre Benjamín Guiterrez.

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