domingo, 11 de noviembre de 2018

Rafael Darío Herrera obtiene Premio Nacional de Historia


El Premio Anual de Historia José Gabriel García, correspondiente a la convocatoria 2018, recayó sobre la obra El gobierno del Triunvirato, 1963-1965, de Rafael Darío Herrera, anunció hoy la directora general de la Feria del Libro, Ruth Herrera.

El historiador y miembro de la Academia Dominicana de la Historia recibirá medio millón de pesos por este galardón, concedido por un jurado compuesto por los escritores Héctor Luis Martínez, Juan Daniel Balcácer y Carmen Durán.
Rafael Darío Herrera

“La calidad de las catorce obras presentadas a concurso son el resultado de la labor de la Academia de Historia, la Escuela de Historia de la UASD, el Archivo General de Nación y otras entidades que han puesto su esfuerzo en la investigación historiográfica nacional”, dijo Martínez en nombre del jurado durante la rueda de prensa en la que se dio a conocer el nombre del ganador. 
Desde el año 2017 este galardón se concede de forma independiente de los Premios Anuales de Literatura, otorgándole así la relevancia y pertinencia a la disciplina de investigación historiográfica, y se incrementó la dotación del premio hasta los 500,000 pesos.
Rafael Darío Herrera Rodríguez, quien ha realizado estudio pioneros de historia local de la Línea Nororeste, además de historiador se destaca como educador, con estudios de filosofía y sociología en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), centro en el cual cursó una maestría en educación superior, ciencias sociales, y donde imparte docencia desde 1997.
También ha impartido docencia de historia dominicana e historia del Caribe en la Pontificia Universidad Católica Maestra (PUCMM).
Pertenece a la Academia Dominicana de la Historia y cuenta con una amplia producción editorial en esta materia, tanto de libros como de artículos en publicaciones especializadas. 






martes, 13 de febrero de 2018

MUJERES TRABAJADORAS DE MAO: LAS ARTESANAS DEL DULCE Y LA HARINA

Por Rafael Darío Herrera


Se han confeccionado muchas biografías de personalidades consideradas relevantes del pueblo de Mao. De los hacendados, comerciantes, políticos, potentados, burócratas, músicos, médicos, profesores, maestras, mujeres de los grandes potentados, etc.

Sin embargo, se ha omitido la reconstrucción de la vida de los de abajo, de la gente corriente, de los sectores subalternos, como los aguateros, albañiles, campesinos, obreros, jornaleros, panaderos, chiriperos, artesanos, lavanderas, planchadoras, choferes, enfermeras, etc. Sobre este conglomerado por lo regular no existe una documentación en archivos y la oralidad representa el principal recurso, la cual, en la mayoría de los casos es fragmentaria. Sencillamente no existen los anales de los pobres.

Desde los inicios del siglo XX, un grupo significativo de mujeres de Mao se dedicó a la producción de dulces para lo cual utilizaban materia local: maní, coco, naranja, lechosa, guayaba, cajuiles, leche, miel de abeja, caña de azúcar, huevos, maíz, batata, yuca, entre otra.

Hasta la emergencia de la agricultura comercial, en Mao predominó una economía de auto subsistencia. La gente consumía lo que producía y luego, con el mejoramiento de las técnicas agrícolas, el excedente de lo producido se colocaba en el mercado.

En un entorno dominado por elevados niveles de pobreza que se expresaba en la baja calidad de la vivienda y los servicios (energía eléctrica, agua potable, bajo ingreso per cápita, vestidos, transporte, alimentación, etc.), la mujer maeña se incorporó a diversas actividades productivas.

Desde que se iniciaron las plantaciones arroceras hubo una integración considerable de mujeres a la siembra de arroz así como a la venta de alimentos cocidos en el propio campo. En algunos barrios de la ciudad se establecieron negocios para vender comida a los jornaleros que retornaban de la faena agrícola. El más conocido de todos fue el de Candita, la esposa de Tato, en la calle Talanquera del barrio Los Cambrones (Enriquillo).

La venta de golosinas representa uno de los renglones en que se conformó un núcleo importante de mujeres. Utilizando leña y carbón como combustible producían hojaldres, pastelitos, chulos (pequeños rollos rellenos de carne), roquetes, bienmesabe, panecicos de yuca rellenos de fragmentos de chicharrones, panecicos de harina de maíz o yuca, coconetes, jalao o piñonate, dulce de batata, de coco, de leche, combinaciones de piña y coco y otros frutos, alegría, buñuelos, suspiros, etc.

Otro grupo de mujeres se dedicó a la venta de carne frita, chicharrones (piel del cerdo), morcilla, vísceras de cerdo, que siempre acompañaban de plátanos (bananas) fritas. Este es el caso de nuestra abuela paterna, Cleofina Herrera, que se dedicó a freír y vender chicharrones para poder solventar los gastos familiares.

Para comercializar lo producido empleaban diversos medios. Algunas tenían puestos fijos para vender, otras contrataban vendedores ambulantes en tanto muchas de ellas se desplazaban a los lugares donde había algún tipo de actividad como velas de santos, galleras, fiestas con algún conjunto típico y en cualquier evento que movilizara gente allí estaban ellas ofertando sus productos.

Con la ayuda de mi padre, Darío Antonio Herrera, he elaborado una lista de las mujeres que se dedicaban al oficio, algunas de las cuales fueron:
1 Anita Disla, la madre de José Reyes, y su hermana, en la calle Duarte.
2 Blanca Bonilla Disla y su hermana Ana Joaquina Bonilla Disla (n. 1921), cuya hija (Ana) y esposo aprendieron a elaborar frituras y establecieron un próspero negocio en Yerba de Guinea.
3 Emelinda Engracia Colón Bonilla, Linda, (1881-1976), esposa del carpintero Francisco Antonio Daniel, en la calle María Trinidad Sánchez.
4 María Mercedes Inoa Medina, Chachita (1882-1975), esposa de Bernardo Colón. Mantuvo a su extensa familia con su trabajo, entre los se encontraba su hijo Alcibíades Colón, quien en 1955 disparó el primer hit en el Estado Quisqueya.
5 Gloria Emperatriz, Quica (1912-2015) y su hermana Aminta Disla Bonilla (n. 1913), hermanas del hacendado Emilio Alberto Disla (1909-1979).
6 Consuelo Mena, especializada en la fabricación de dulce de leche en el barrio Los Cambrones.
7 Virita Disla Gómez, hermana de la profesora Altagracia Camelia Disla.
8 Mamita Cacón, frente a la casa de Los Pifia, en la calle Beller.
9 Isabel Espinal, madre de José Espinal, el plomero. Sibila.
10 Emelinda Núñez Rodríguez, Melo (n. 1888), quien estableció una panadería en la calle Máximo Cabral. Era la esposa de Luis Manuel Madera Rodríguez.
11 Esilda Camelia Madera, Nía (1919-2003), quien al fallecer su esposo, Ramón Antonio Frías Güichardo, logró levantar su familia con la fabricación de dulces.
12 Argelia Altagracia Reyes Bonilla (1930-2002), en la calle Trinitaria.
13 Alfredo Colón y doña Candita. Frente a Lucero Colón. Coconete,