Por Rafael Darío Herrera
Se han realizado diversas estimaciones sobre la fortuna acumulada por el dictador Rafael L. Trujillo y su familia, que operaba de acuerdo a una perfecta división del trabajo mediante el empleo de la extorsión económica, la violencia, el fraude, el despojo, la subordinación de grupos económicos, la manipulación de la legislación estatal para obtener ganancias, etc.
Como jefe absoluto del Ejército durante el gobierno de Horacio Vásquez (1924-1930), sobre todo en los años finales, Trujillo, además de las anteriores artimañas desplegó otras muchas para enriquecerse y convertirse en el hombre más poderoso del país, tales como las compras sobrevaluadas, la creación de puestos inexistentes, el crimen y el control del servicio de lavandería; este último a cargo de María Martínez, su futura esposa, etc.
Los cálculos que se han realizado sobre el monto de la fortuna de los Trujillo muestran resultados divergentes que van desde los 200 hasta los 800 millones de dólares. Tirso Rivera, quien se desempeñó como administrador de los bienes de la familia Trujillo, la estimó en 149 millones de dólares. José Almoina, refugiado republicano español, en su libro Una satrapía en el Caribe (México, 1949, p. 128) considera que la misma alcanzaba los 250 millones de dólares; Félix A. Mejía en Viacrusis de un pueblo (México, 1951) la calculó en 200 millones de pesos entre 1935-1939, pero en la segunda edición de su libro (México, 1960, p. 140) la elevó a 600 millones por la adición de la Azucarera Haina C por A. Por su parte, mientras Germán Emilio Ornes en Trujillo. Pequeño César del Caribe (1958 y 1999, p. 299) la sitúa en más de 500 millones de dólares.
Mientras Arturo Espaillat, en Trujillo. El último César, consideraba que los bienes e inversiones de los Trujillo no sobrepasaban los 300 millones de dólares y descarta que el sátrapa hubiera sacado dinero del país por su apego al poder, excepto algunos millones a Canadá. De acuerdo con Roberto Cassá Capitalismo y dictadura (1982), la cifra más confiable sobre el monto de los bienes del dictador la proporciona Cesar A. Saillant, antiguo empleado de Ramfis, en su texto Revelaciones a Sánchez Cabral (Santo Domingo, 1962) donde informa que al momento de su eliminación física el tirano poseía en el exterior de más 300 millones de dólares en la Societé Suisse de Géneve, protegidos por la corporación Sifmar Registered Trust, ubicada en Liechtenstein, pequeño país de Europa central que colinda con Suiza y Austria con fama de paraíso fiscal.
En general, se ha estimado que la totalidad de las propiedades internas del dictador al final de la dictadura se hallaban valoradas en 250 millones de dólares. Sin embargo, luego de la muerte del Trujillo, Ramfis y algunos de sus tíos se dedicaron a recoger la fortuna. Si a esta cifra se suma, como sugiere R. Cassá, entre 100 y 300 millones de dólares depositados en el exterior, tendríamos el total de la cifra acumulada por Trujillo. Un informe del Gobierno dominicano de 1962 sitúa la cuantía de los activos de la familia en 240 millones de pesos. En definitiva, dicha fortuna debió rondar los 500 millones de dólares.
Otros personajes allegados a la dictadura, citados por Cassá, también poseían importantes caudales. Tal fue el caso, por ejemplo, de Anselmo Paulino, quien al caer en desgracia con el Jefe le autorizaron sacar del país 10 millones de pesos de los 14 que constituían su fortuna. También se lucraron durante la dictadura Gadala María, J. M. Bonetti y testaferros como y socios de Trujillo como Jesús M. Troncoso, principal asesor económico del régimen, Manuel Resumil, Tirso Rivera y dejo de último a Manuel de Moya Alonzo, quien ejerció la doble función de función de asesor económico y celestino del Jefe.
En su libro Trujillo, mi padre (2010, p. 23) Angelita Trujillo expone que al regresar Ramfis al país, tras la muerte del déspota, Tirso Rivera le entregó el inventario de los bienes de la familia Trujillo, entre los que incluyó 10 millones de dólares que tenía depositados a su nombre en un banco del exterior. En compensación por esto, el hijo del tirano le entregó una “sustancial suma de dinero”.
Pero además, la propia hija del dictador refiere que el yate “Angelita”, que transportaba a Francia el cadáver de su padre, también llevaba 52 cajas debidamente selladas con los archivos personales de su progenitor, y una suma de dinero en pesos dominicanos que ni ella ni Ramfis querían y se los regalaron a su hermano Radhamés. No olvidemos que el yate fue interceptado por orden del general Rodríguez Echavarría, quien luego dispuso de un avión para transportar a Francia el cadáver del Jefe. ¿Cuál fue el destino de las 52 cajas con los documentos personales de Trujillo que hubieran aportado información de extremo valor para el conocimiento de las intimidades de ese ominoso régimen de fuerza? De esto no se tiene información, aunque es probable que fueran incineradas.
Excelente trabajo, RDH.
ResponderBorrarIsaias
"Según publicó el diario londinense Daily Express, el mismo día del entierro de Ramfis en el cementerio madrileño La Almudena, la fortuna de éste andaba por los 300 millones de libras esterlinas, un poco más de 500 millones de dólares". Franklin Gutiérrez, Almomento.net, 16 de mayo de 2014.
ResponderBorrarRafael Darío Herrera
"Lita Trujillo, actriz argentina de segunda en sus años mozos, que fue asidua en la prensa del corazón madrileña, Lita Milán en las tablas, segunda esposa de Ramfis, heredó parte de la fortuna arrebatada a sus compatriotas por éste, el hijo más encanallado y crápula de un sátrapa que humilló a un ministro haciéndole tocar las maracas toda la noche en una bacanal de burdel". El País, 30 de abril de 2000.
ResponderBorrarRafael Darío Herrera