Análisis y documentos de historia dominicana

sábado, 10 de enero de 2015

ENTREVISTA A MARIO DANIEL EVERTZ

Interesante interview entre un redactor de La Información y un hijo del general Carlos Daniel
La Información, 26 de octubre, 1933.

En interés de informar al público sobre algunos asuntos relacionados con la política del momento y sabedores de que se encontraba en esta ciudad el joven Mario R. Daniel Evert, hijo del general Carlos Daniel quien se encuentra en Cuba y ha hecho recientemente declaraciones políticas, enviamos uno de nuestros redactores para que lo entrevistara respecto de las relaciones que sostuvo anteriormente el señor Carlos Daniel con el honorable señor presidente de la República generalísimo Rafael L. Trujillo Molina. He aquí la conversación sostenida por nuestro redactor con el señor Daniel y Evert:

P. ¿Cómo se llama usted?
R. Mario R. Daniel y Evertz.

P. ¿Es hijo usted del general Carlos Daniel?
R. Si, señor.

P. ¿Fue su padre amigo político del honorable presidente Trujillo?
R. Si, señor.

P. ¿Puede usted decirme qué clase de relaciones tuvieron el honorable señor Presidente y su padre y qué clase de favores recibió este último del Primer Mandatario de la Nación?
R. No tengo inconveniente alguno en contestar extensamente esta pregunta. A ello me obliga mi devoción a la verdad, la admiración y el deber de lealtad y gratitud que tanto yo como mi familia tenemos contraído con el honorable presidente Trujillo. Después del 3 de mayo de 1931, fecha del histórico abrazo que se dieron el presidente Trujillo y el extinto general Desiderio Arias, a raíz de un levantamiento revolucionario, mi padre vino a Santiago en el mismo carro del Presidente, pasó varios días en esta ciudad a las órdenes del Primer Magistrado de la Nación, desempeñando varias misiones políticas, con sus gastos cubiertos y tratado con esplendidez y distinción.

En mi presencia y en el propio despacho del honorable señor Presidente, le fue entregada una fuerte suma de dinero para que cubriera sus necesidades y compromisos económicos que eran múltiples y agobiadores, por estar mi padre en aquellos días en muy malas condiciones económicas.

P. ¿Qué circunstancia digna de mención ocurrió entre el Presidente y su padre digna de mención?
R. Días después de lo que acabo de decirle, mi padre me trajo a presencia del honorable Presidente y le pedió que me otorga un nombramiento para un cargo público en la Capital, a fin de que yo pudiese estudiar allí. Inmediatamente fue llamado el entonces secretario de Estado de la Presidencia, señor Rafael Vidal, y le fue ordenado por el Presidente que me llevara a la Capital y me atendiera conforme a los deseos de mi padre. Entonces fui llevado a la Capital y colocado en la misma secretaría de la Presidencia. Se me trató de modo que no tengo palabras con que expresar mi agradecimiento.

P. ¿Puede usted decirme si su padre tuvo algún cargo oficial en el Gobierno en aquellos días?
R. Horas antes de mi partida para la Capital presencié cuando el honorable presidente Trujillo le entregaba a mi padre un nombramiento de Jefe de Operaciones en la común de Valverde con un sueldo de $150.00 mensuales, obsequiándole nuevamente con otra fuerte suma de dinero.

P. ¿Entre el honorable señor Presidente y su padre existía alguna confianza?
R. Era tal la confianza y amistad que le demostraba mi padre al honorable presidente Trujillo, que al yo salir para la Capital con el secretario Vidal, pude escuchar que mi padre le decía estas palabras al honorable señor presidente Trujillo: le entrego a mi hijo para que le sirva de garantía de mi palabra de fidelidad empeñada con usted y si algún día le falto puede usted fusilarlo. Al oír esto, yo llamé a mi padre aparte y secretamente le dije que yo estaba dispuesto a irme a la Capital si su palabra era firme y estaba dispuesto a cumplirla. Contestándome que él era un hombre serio y formal, cuando daba su palabra, y que yo podía tener absoluta confianza e irme tranquilo. No podía yo sospechar siquiera que ya estaba fraguando una traición y que se tramaba un nuevo plan revolucionario.

P. ¿Cómo se enteró usted de que su padre había vuelto a levantarse en armas contra el Gobierno?
R. Días después, viniendo yo en viaje de recreo a Mao, para visitar mi familia, me enteré de que el presidente Trujillo se encontraba en Moca y pasé a saludarlo. Al verme me preguntó que hacia dónde me dirigía. Le contesté que a Mao y le dije el objeto de mi viaje. El honorable Presidente me dijo que no continuara viaje porque la noche anterior el general Desiderio Arias y mi padre se habían rebelado contra el Gobierno, cosa que le extrañaba mucho de mi padre puesto que le había prometido bajo palabra de honor cooperar en la obra de Gobierno que él se proponía realizar y que más bien que alzado en armas lo suponía escondido en espera de una oportunidad favorable para explicar su conducta.

P. ¿El honorable presidente Trujillo hizo alguna gestión para atraerse nuevamente a su padre?
R. Si, señor. A tal efecto el honorable presidente Trujillo despachó varias misiones de amigos para procurarse una conexión con mi padre. Dos días después, habiendo seguido a Mao el presidente Trujillo, yo fui en uno de los carros de su escolta y una vez allí el Presidente me dijo que si yo me atrevía a internarme en la manigua, localizar a mi padre y entregarle una carta personal en la que el honorable Presidente le ofrecía amplias garantías y generoso perdón, manifestándole que era amigo de siempre. Despreciando el peligro de tal misión, accedí gustoso a desempeñarla, con el noble propósito de atraer a mi padre al buen camino.

Después de vencer grandes dificultades y de exponerme a mayores peligros llegué al campamento revolucionario de los cerros de Gurabo y pregunté por mi padre, informándome el general Arias, quien me interrogó, que mi padre se encontraba en Bulla operando con un grupo de amigos, pero que llegaría de un momento a otro. Bajo esta esperanza permanecí tres días en el campamento sin que mi padre regresara. Al ver la tardanza y no encontrándome garantizado entre aquella gente que me miraba mal, y temeroso además de que al tardar tanto el presidente Trujillo dudara de mi lealtad y me creyera un traidor más a su causa, aproveché la ocasión en que se produjo una confusión en el campamento con motivo de un tiroteo y lanzándome a campo traviesa después de varias horas de camino, llegué al poblado de Guayubín en donde se encontraba el honorable Presidente, al lado de quien me encontraba garantizado y a cubierto de que se me calificara con justa razón de traidor.

P. ¿Puede usted decirme la razón que a su juicio ha inclinado a su padre a obrar del modo que lo ha hecho?
R. Todavía no acierto a explicar por qué mi padre, debiéndole tantos favores al honorable presidente Trujillo, continúa en la obcecada empresa de combatir la obra de gobierno que con el aplauso de todos los dominicanos realiza este grande hombre de Estado. Yo me inclino a creer que mi padre, presionado por el remordimiento, no se ha atrevido a implorar el perdón de sus culpas. Él acaso ignora el grado de generosidad de que es capaz el honorable presidente Trujillo. No sabe que este hombre es capaz de perdonar todo en interés de rodear de confianza la obra que realiza.

P. ¿Puede usted informarme si su padre tiene propiedades agrícolas en algún lugar de la República?
R. No, señor. Mi padre tiene solamente una casa de familia en el pueblo de Mao.

P. ¿De modo que su padre no ha sido agricultor?
R. Nunca. Él siempre se ha dedicado a ocupaciones de otra índole y sobre todo ha estado la mayor parte del tiempo dedicado a actividades políticas.
Con esta última pregunta cerramos nuestra entrevista con el joven Daniel y Evert y trasladamos a nuestros lectores lo que nos ha dicho con absoluta fidelidad.

5 comentarios:

  1. No es tan fácil ponderar equilibradamente lo que parecería una historia novelada.

    Antonio Mateo Reyes.

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  2. Mario Evertz aporta detalles de la vida de su padre que desconocía y que constituyen una fuente de primer orden.
    Rafael Darío Herrera

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  3. No he dudado de la fuente,porque no hay manera para la duda. Expresé que me parecía una historia novelada, por el modus operandi de trujillo, quien toda traición o aparente traición, era castigada con la muerte.

    Antonio mateo Reyes.

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  4. Bueno Dr. Mateo a mi me sorprendió bastante esta entrevista. Mario fue un acérrimo partidario de Trujillo, hasta el punto que escribía cartas a mujeres a nombre de Trujillo. En la entrevista se nota claramente su devoción por el dictador. No dudo de que también hayan arreglado el contenido de la entrevista como sugieres.

    Rafael Darío Herrera

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  5. Pieso que es así, porque esa no era la conducta del general Carlos Daniel. Mario, para estar bien con el jefe, era capaz de eso y más.

    Antonio Mateo Reyes.

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