Por Rafael Darío Herrera
En las primeras décadas del siglo XX, Chaguito Espaillat aparecía como uno de los principales comerciantes de la ciudad de Mao, la cual en 1918, según el Censo publicado por el Ayuntamiento local, contaba con 1,855 habitantes, 859 de los cuales eran hombres y 996 mujeres.
Chaguito nació el 1º de octubre, 1890 en la ciudad de Mao, hijo de Santiago Espaillat Pérez (n. en Santiago aproximadamente en 1847 y f. 22 de julio, 1928 en Mao) y de la señora María Altagracia Ulloa Jiménez, Mariquita.
Doña Mariquita nació en 1863 en la comunidad de Hinamagao, Valverde y su deceso se verificó el 1º de marzo, 1948 en Mao. Era la viuda de José Inocencio Espinal Caba, de cuya unión nació José Inocencio Espinal Ulloa, también destacado hombre de progreso y tronco de una numerosa e importante familia de Mao.
En el ambiente cuasi rural de este pequeño poblado, Chaguito descolló en la práctica del comercio, actividad en la que acumuló una fortuna importante para la época. Pero al parecer también sentía una atracción poderosa hacia las féminas, pasión esta que le causó graves inconvenientes, como se desprende de un expediente fechado el 17 de junio de 1918 de la Suprema Corte, localizado en los Fondos Documentales del Archivo General de la Nación.
En un interrogatorio que le practicó el magistrado Rafael Cordero, Juez de Instrucción de la Segunda Circunscripción de Santiago, Chaguito confesó que fue sometido a la justicia por el señor Guillermo Gil al embarazar a su hija Ana Mercedes Gil pero que el asunto no llegó a los tribunales por una “donación” que le hizo a la agraviada. El juez también sacó a relucir una herida de bala en un muslo que le había infringido al señor Jesús María Madera cuando ambos se batieron a tiros frente al comercio de Chaguito, hecho por el cual lo apresaron y causó tanto revuelo que lo reseñó La Información de Santiago en su edición del 23 de enero, 1917.
Pero Chaguito también admitió que fue sometido a la justicia por haber sustraído (o “llevado”) y embarazado a la menor Laura Genao.
Pero las cosas se le complicaron a Chaguito cuando la noche del cinco de enero de 1918, víspera de los Santos Reyes, sustrajo, o se “llevó”, a la menor de 14 años Ana Dolores Disla, con quien mantenía un noviazgo, hija de María de Jesús Disla y Ramón Antonio Núñez, Totín, personaje ampliamente conocido por los maeños por la gran cantidad de hijos que procreó. De las relaciones de Chaguito con Ana Dolores solo tenía conocimiento Juana Antonia Santana (alias Negrita, de 16 años), hija de Blasina Santana, quien laboraba en la casa de la familia como doméstica.
Al ser interrogada por el juez de Instrucción Rafael Cordero, la menor Ana Dolores Disla confesó que en la tarde del referido día Chaguito le envió un papelito, que le entregó su hermana Ana Rita Disla, envuelto en papel de estraza, que firmó con nombre de José en el cual le decía que lo esperara en la casa y que él pasaría silbando el merengue Juan Gomero. En la noche, y de acuerdo a lo pactado, Chaguito la recogió y la llevó a su casa donde también operaba su establecimiento comercial, lugar en el cual permanecieron por espacio de cuatro horas.
Al finalizar, en horas de la madrugada, Chaguito, que a la sazón contaba con 27 años de edad, le explicó a la joven Ana Dolores que la llevaría a su casa hasta tanto lograra alquilar una vivienda para mudarla y a continuación la acompañó de retorno hasta su morada pero cuando tocó la puerta de la casa, Celia Disla de Salazar, hermana de la menor, rehusó abrir la misma alegando que ni María ni Totín se estaban presente y que no iba a consentir que Ana Dolores entrara, pues él estaba obligado a hacerse cargo de ella, lo cual colocó a Chaguito en una situación embarazosa, quien insistió seriamente para que le abrieran la puerta y amenazó con dejar a la joven en la calle. Tan desesperado estaba que trató de sobornar a Celia ofreciéndole una onza de oro que debía procurar al otro día en su establecimiento comercial, a cambio de que guardara el secreto, pero aún así esta mantuvo su firme decisión de impedir la entrada de su hermana.
Ante esta delicada situación, Chaguito se vio conminado a retornar a su casa y a dejar a la joven abandonada en la calle, quien buscó refugio en una enramada situada en el patio de la casa, donde la encontró Totín llorando en un rincón y al explicarle a este lo acontecido de inmediato procedieron a someterlo ante la Procuraduría fiscal de Santiago, que de inmediato emprendió las indagatorias para verificar el hecho. En tal sentido, interrogaron a numerosos vecinos y allegados a la familia tales Zoilo Minaya, Juana Minaya, Epifanio Bonilla (35 años), Ana Rita Disla, Juana Antonia Santana, María de Jesús Disla (interrogada por el juez alcalde Benjamín Peña el 9 de enero, 1918) y Celia Disla de Salazar, de 19 años, quien le confesó al Juez de Instrucción que un día sorprendió a su hermana haciéndose señas con Chaguito. El señor Epifanio Bonilla declaró que se enteró de las relaciones de Ana Dolores con Chaguito por medio de su amigo Desiderio Santana (37 años).
La noche del hecho, tanto María de Js. Disla como su esposo Ramón Antonio Núñez, habían viajado a la comunidad de Sabana Grande, comunidad situada al este de la ciudad de Mao, a participar en una fiestecita en la casa de su cuñado Epifanio Bonilla, esposo de Avelina Disla, hermana de María.
Al ser interrogado por el juez de Instrucción Chaguito negó el rapto, que mantuviera relaciones amorosas con la menor Ana Dolores, haber solicitado a Celia que le permitiera la entrada a la menor Ana Dolores así como tratar de sobornarla, en fin, negó todos los hechos que se le imputaban. Como la acusación solo tenía una pena correccional y Chaguito tenía domicilio conocido, el Juez de Instrucción decidió despacharlo a su casa hasta segunda orden.
El expediente cuenta con diversas piezas como una acta de nacimiento expedida por el oficial civil Baltazar Rodríguez de Ana Dolores Disla donde se consigna que nació el 25 de agosto de 1903. Otra pieza es un certificado médico expedido por el Dr. Darío Contreras, médico cirujano de la Universidad de París, quien a requerimiento del Juez de Instrucción examinó a la joven el 1º de febrero de 1918 y dio cuenta “de haber encontrado un himen con las apariencias de varios días de desflorado”.
La Cámara de Calificación encontró que existían indicios suficientes contra Santiago Espaillat hijo por el delito de sustracción de una menor y ordenó que este fuera enviado a un tribunal correccional para que allí se le juzgara con arreglo a la ley.
La condena a Chaguito probablemente fue leve pues el 12 de abril, 1919 contrajo nupcias con Eudocia Ascensión Cabral Reyes y pasaron a residir temporalmente en Guaraguanó (Monción) formando una extensa familia.
Chaguito Espaillat ocupó diversos puestos públicos en Mao. El 12 de agosto, 1920 se le designó comisario municipal en sustitución de Ramón Emilio López. En 1924 resultó electo regidor del Ayuntamiento de Mao y en este mismo año se le designó como inspector de caminos con un sueldo de treinta y cinco pesos. En noviembre de 1928 reanudó su fábrica de cigarros llamada La Maeña, C por A.
La tradición oral cuenta que al iniciarse la dictadura de Trujillo, Chaguito Espaillat se manifestó como opositor a la misma y el 1º de julio, 1932 fue asesinado por Amado Santana, exagente de la Policía Municipal. El crimen aconteció en la parte oeste de la calle Mella de la ciudad de Mao.
Entramado que podría dar al traste con la escritura de una novela de amor. La vida amorosa del Mao de nuestro ayer, todavía al día de hoy no escrita , es exuberante y copiosa. Fueron muchos los llamados "padrotes", los cuales pertenecían a las principales familias que constituían nuestra incipiente y naciente sociedad, la que apenas en ese momento sobrepasaba los mil habitantes.
ResponderBorrarMao siempre fue y ha sido un pueblo donde el amor ha tenido particular devoción. Chaguito como cariñosamente lo llamaba el pueblo, fue un Juan Tenorio, al igual que él, otros de sus compueblanos adoptaron esas mismas conductas amorosas,donde podemos señalar algunos nombres, como: Chucho Cabral,los hermanos, Emilio Antonio,José Ismael, Juan Antonio,Reyes Aranda,Jaime Tio,Rafael Alquímedes(Feso) Madera Rodriguez,Marino Tio, Francisco Reyes Cabral, entre otros.
Antonio Mateo Reyes.
La pasión por las mujeres era una práctica común entre los hombres de Mao del siglo XIX y XX. Por eso no debe sorprender este problemita que se le presentó Chaguito. Incluso el padre de la joven, Ramón Antonio Núñez, Totín, tuvo una gran de hijos en Mao a los cuales no reconoció como suyos.
ResponderBorrarRafael Darío Herrera
Excelente aporte a la historia y cultura Maeña. Tanto el autor como el comentario del Dr. Mateo Reyes nos poner las orejas de puntas al ver como se narra un hecho, que para muchas personas, sobre todo las no maeñas, pueden pensar que es un cuento. Felicidades. Magistrado Juan Jose Martínez V.
ResponderBorrarEste escrito me fascinó. Mag. Juan José Martínez V.
ResponderBorrarMe satisface que le haya sido de agrado. Gracias por leernos.
ResponderBorrarRafael Darío Herrera