Santo Domingo 16 de febrero, 1887.
Señora doña
Ceferina Calderón de Chávez
Guayacanes.
Mi muy pensada amiga:
Estoy privado del placer de leer sus muy apreciables cartas, hacen algunos meses. ¿He cometido alguna falta? Será mi castigo el silencio que guarda usted? Algo debe de haber, porque usted es demasiada cumplida con este pobre amigo que tanto la aprecia.
La felicité según costumbre con motivo del año nuevo, luego por vía de Santiago le escribí participándole las razones que me obligaron aceptar el poder, le encargue ademas al amigo don José M. Glas le explicara esos motivos & y sin embargo, usted permanece muda, ¡cuanto lo siento! Escríbame y recuerde que la estimo sinceramente y que me consuela la esperanza de que cuento con la estimación de usted.
Por aquí las cosas van bien y yo continuo haciendo el papel del Cristo.
¿Y el Presidente Chávez, Juanico, Pedrito y los muchachos? Estos también me olvidaron: Cumina, mi predilecta amiguita que tanto quiero; y que vive constantemente en mi pensamiento, donde esta que no la oigo; recuerden al amigo y sepan que es de veras, la amistad que le profesa.
Esta carta se la he recomendado muy especialmente a don José M. Glas y espero llegará a las muy buenas manos de usted que Dios guarde.
Con expresiones para usted y toda la familia, me suscribo, atento servidor, Q. B. S. P.
Ulises Heureaux (Firmado)
Ceferina Calderón mantuvo excelentes relaciones con el déspota Heureaux. Algunos la han calificado o llamado "La dama lilisiana".
ResponderBorrarRafael Darío Herrera