Por Rafael Darío Herrera
Desde inicios del siglo XX en muchos pueblos del país se desarrollaron grupos urbanos que fundaron sociedades culturales así como clubes recreativos que operaban con estrictos cánones normativos. En esa época se verificaba una tajante división entre gente de primera o pueblistas, que se sostenían con los recursos del campo, y gente de segunda, o entre ricos y pobres.
Local del Club Quisqueya de Mao, inaugurado el 1 de abril de 1923
En Santiago de los Caballeros, por ejemplo, funcionaban Centro de Recreo y el Club Santiago que aglutinaba a los grupos de mayor poder económico y se formaron en los años finales de la dictadura de Ulises Heureaux. En Santo Domingo operó el Club Unión (1892) y en La Vega el Casino Central (1913) en los cuales se le dio “bola negra” a Trujillo antes de adueñarse del poder; en Montecristi funcionaba en 1909 el Club de Comercio, etc. En Mao los grupos dotados de la riqueza que en esa época era factible detentar en los años finiseculares del siglo XIX empezaron a gestar una sociedad superior que denominaron Club Quisqueya de lo cual da cuenta una acta del Ayuntamiento del 5 de diciembre de 1897 aunque fue el 28 de octubre de 1917 cuando el mismo quedó formalmente constituido.
En su edición del 8 de febrero de 1918 el periódico La Información que el Club Quisqueya, compuesto por más de 50 jóvenes, realizaba esfuerzos por construir su local en 1918. El 21 de mayo de este mismo año el dicho periódico incluyó esta escueta nota: “El Club Quisqueya se mueve en el sentido de construir su local en el curso del presente año, lo que no dudamos sea conseguido por estar compuesto de jóvenes entusiastas y de buena voluntad”.
El 24 de agosto de este mismo año el Club Quisqueya eligió la siguiente directiva: Rafael Madera, presidente; Dr. Gerardo Ellis Cambiaso, vicepresidente; Urbano Tineo, censor; Martín del Villar, tesorero; Manuel Evertz, secretario de actas y Luis Bueno, secretario de correspondencias. La Información, 24 de agosto de 1918. En 1920 fue electo Manuel Evertz como presidente de la entidad.
Aun cuando los entusiastas jóvenes que formaron el Club Quisqueya tenían la voluntad de construir un local les faltaba el solar. Lo adquirieron en octubre de 1919 frente al parque. La primera piedra se colocó en enero de 1920 como podemos apreciar en el siguiente fragmente:
“En la tarde del día de año nuevo a eso de tres a cuatro, ante selecta gran concurrencia a son de música y vítores se procedió a la colocación de la primera piedra en el sitio donde el Club Quisqueya erigirá su famoso local al lado del Centro de Damas, haciéndose lo mismo en el sitio donde la proyectada empresa de cine levantará su edificio. El notario don Martín del Villar levantó los actos notariales que después de ser firmados por las importantes personas que asistieron, fueron leídos en voz alta por el honorable alcalde don José María Jiménez, los que herméticamente fueron colocados en sendos block de cemento, respectivamente, y se les dio cristiana sepultura en interés de su valor histórico”. El Diario, 8 de enero de 1920.
El legendario Club del Comercio de Montecristi
El 27 de abril de este mismo año este periódico santiaguero también informaba que se estaba a la espera del maestro de obra José Casanova quien se haría cargo de la construcción del local Club. Finalmente, dicho local se inauguró el 1º de abril de 1923 que coincidió con las llamadas fiestas de aguas que se efectuaron en la apertura del segundo canal de riego a cargo de la Sociedad de Regantes. El análisis de los fundadores del Club revela la presencia de comerciantes (Luis Bueno, Domingo Reyes, José Inocencio Espinal, Santiago Espaillat hijo, Jaime Tió, Rafael Madera Rodríguez, Feso, Emilio Reyes Aranda ) hacendados (Julio Enrique Madera, Eugenio Cabral, Antonio Brea Gómez, Luis Madera Rodríguez, Juan Antonio Reyes Aranda), un cura (Presb. Eliseo Echavarría Gómez), un notario empírico (Martín del Villar), dos profesores (Juan de Js. Reyes Aranda y Manuel Evertz Reyes), un médico (Dr. Gerardo Ellis Cambiaso), Juan Bautista Díaz, un empleado público (Agustín Urbano Tineo), un topógrafo (Elpidio Marino Tió Inoa) y otros cuyos oficios desconocemos como Sebastián Reyes, Néstor Virgilio Reyes, Toribio Castro, Ramón Emilio López, Rafael Ventura y Fabio Reyes Chávez.
La gente de primera ostentaba esa categoría en función de una serie de criterios como su comportamiento, apellido, origen social, color de la piel, etc., los cuales no correspondían a una sociedad moderna o capitalista. También primaban factores económicos como la posesión de tierra, alimentación, vestuario, ganado vacuno y caballar, armas así como la posesión de varias mujeres.
Al igual que en otros clubes del país, primaban criterios muy rígidos para ingresar al Club Quisqueya, principalmente de orden ético y raciales. Así, se impedía el ingreso de los hijos tenidos fuera del matrimonio y de las personas de piel oscura. La primera persona de piel oscura que ingresó fue el ebanista Ángel Reynoso, padre del también ebanista Rafael Reynoso. A muchos otros se les dio “bola negra”.
La vida social y recreativa giraba en torno al Club y en 1928 los directivos adquirieron una radiola: “Actualmente se procede en la aristocrática sociedad Club Quisqueya a la instalación de una Radiola,(1) pudiendo de este modo sus socios gozar de los conciertos que se celebrarán en las estaciones conectadas”. La Información, 5 de marzo de 1928.
“En la última asamblea celebrada por el Club Quisqueya fue elegida la directiva que regirá por un año los destinos de la sociedad, integrada por los caballeros siguientes: Dr. Sánchez Sanlley, presidente; don Ismael Reyes, vicepresidente; don Manuel Evertz, tesorero; don J. Ramón García, secretario y vocales don Jaime Tió, don Juan Antonio Reyes, don Melchor González, don Emilio Reyes y don Agustín Hernández”. La Información, 3 de noviembre de 1928.
Hasta 1930 el Club mantuvo su solemnidad y solo se tocaba danzones y música sinfónica pero luego de que Trujillo llegó al poder se quebró este orden y la música típica a base de güira, tambora y acordeón. Además a sus salones empezaron a concurrir personas carentes en absoluto de integridad moral. La primera fiesta en honor a Trujillo tuvo lugar el 2 de mayo de 1930 en la cual hablaron el licenciado Arturo Logroño y el Dr. Moisés García Mella. La Opinión, 3 de mayo de 1930.
El 16 de junio de 1931 también se efectuó en el Club un gran baile en el Club el cual fue dedicado al presidente Trujillo “por un cuerpo de encantadoras señoritas de la alta sociedad maeña. La señora Teresa Brea de Luna alzó su fina voz para ofrecer el baile al Presidente”. La Opinión, 17 de junio de 1931.
El 29 de junio, 1931 Trujillo trajo al Club una orquesta de Santiago y efectuó un extraordinario baile. Ese día se reunió con el comerciante con Emilio Reyes Aranda.
En fin, con Trujillo el Club empezó a perder solemnidad que lo caracterizó en sus inicios aunque luego de la caída de la dictadura se retomaron los principios originarios hasta la década de los setenta hasta que finalmente dejó de ser una sociedad de primera acorde con los cambios que se verificaron en la sociedad dominicana.
Es una lástima que los directivos del Club no archivaran toda la documentación que generaba el archivo. En 1995 un directivo de ese momento me informó que la misma había sido incinerada.
1 Radiola: "Mueble cerrado en forma de armario, que contiene un aparato receptor de radio y un gramófono eléctrico sin bocina exterior que les sirve de caja acústica". Diccionario de la Real Academia Española.
Me encanto esta Historia, lástima que la juventud de hoy no se empodera y forma parte de las organizaciones grupales de este Municipio.
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