domingo, 11 de enero de 2015

EL VALLE INMENSO DE MAO Y EL GRAN FUTURO DE ESAS TIERRAS

La Información, 23 de agosto, 1932.
A don Agustín Hernández, muy cariñosamente.

Yendo de la mano del honorable secretario de Estado de Agricultura, don Rafael Tolentino, y llevando a mi lado al honorable gobernador de la provincia de Santiago, general don José Estrella, y muy cerca de los señores don Luis Carballo, celoso secretario de la honorable Cámara de Comercio, Industria y Agricultura y de don Santiago Petitón, que es todo corazón, fuimos a Mao atravesando el caudaloso Yaque al favor de una barca que el honorable presidente de la República va trocar por un puente magnífico para bien de los vecinos de esas tierras; adentrándonos luego hacia Los Pretiles, en donde está enclavada la hacienda San Rafael, propiedad del honorable presidente de la República, en cuyos terrenos quería realizar una inspección ocular el honorable secretario de Agricultura para cerciorarse de si eran o no fundados los temores de algunos sobre una enfermedad del arroz que no tuvo otra causa sino la de la anemia que se apodera de las plantas acuáticas, cuando le es disminuida la ración del agua que es su propia vida; habiendo podido confirmar la pericia del señor administrador de esa hacienda don Agustín Hernández, quien como hombre experto, supo atajar el mal, nutriendo de agua oportuna las plantaciones que comenzaban a palidecer en su avidez natural del agua; tornándose todos los campos lozanos y verdes, antes de la cuaja de las espigas, que ya parecen regueros de oro puro, y que mi imaginación se antojaron campos castellanos cubiertos de trigo maduro.

Salvada está la cosecha del arroz en la hacienda San Rafael, en donde todo hace suponer que se recogerán alrededor de cinco mil quintales del rico cereal, cuando se pueda obtener un promedio de 3 a 4 quintales de arroz por tarea.

Lo que maravilló a mi que acabo de regresar de Valencia, España, y de ver el mejor sistema de riego que hay en esa región, fue el trazado de los canales de esa hacienda, todos ajustados a las reglas más severas del arte de las acequias; porque -realmente- es un arte trazar una buena acequia. Las aguas no se precipitan sino que se deslizan suavemente para realizar su función divina de fecundación y de multiplicación de los frutos.

Y ya van los terrenos aledaños a los canales, cubriéndose esa dulce grama nuestra, que es un signo inequívoco de que la tierra ha sufrido una metamorfosis completa, mejorando sus condiciones físico químicas al favor de las aguas.

Porque el agua misma en su bullir, genera oxígeno, y atrae el nitrógeno del aire, cuya mezcla se resuelve en bien de los campos, por la sabia permisión de la naturaleza.

Y tan satisfecho está el honorable presidente de la República de los resultados de su hacienda, que ya va a preparar terrenos para anexarle diez mil tareas más a los dos mil que hoy posee en estado de cultivo totalmente.

Muy bien escogido el sitio del Batey que un molino de viento va a alegrar con su hélice en movimiento.
Bullendo el agua por doquier todo el campo pleno de ese color de esmeralda que lleva la esperanza al corazón de los hombres de campo.

Desde la hacienda San Rafael nos fuimos a la población de Mao, donde fuimos recibidos por las autoridades con exquisita sencillez, descollando entre los señores que nos dieran la bienvenida el señor sindico municipal que lleva el apellido glorioso de los Valerio, y cuya fisonomía trajo a mi memoria el recuerdo de la figura egregia del mártir de San Lorenzo en Cuba, el invicto Carlos Manuel de Céspedes, con cuyo semblante puede confundirse este simpático representante del honorable Ayuntamiento de Valverde.

Los árboles más abundantes en esa llanura son los de la baitoa; razón por la cual yo pienso que esos terrenos deben de ser muy ricos en potasa, y, por tanto, inmejorables para el tabaco; porque donde los árboles pugnen por ser blancos, la potasa abunda; así como es un signo inequívoco de terrenos fértiles. La existencia de árboles de pan de fruta, de hojas anchas y menudas. Región de fuertes vientos y de terrenos agrios. Donde el tamarindo abunda, la tierra es mala y los vientos serán agobiantes, zumbones y calientes.

Vi muy hermosas plantas de uvas de parras en Mao, lo que me recordó Andalucía en España, pensando yo que sería difícil obtener que las mujeres se dedicaran al fomento de pequeños viñedos en esa población, lo que no dejaría de producirles una buena utilidad, vendiendo las uvas en racimos para el mercado de las ciudades.

Ahora, lo mejor de Mao es la calidad de las aguas del río que lleva ese nombre. Qué agua tan pura, tan sabrosa. Estoy seguro que esas aguas contienen un gran por ciento de magnesia, y me afirmo en tal creencia por los casos de longevidad que son comunes entre los habitantes de ese pueblo. Donde la magnesia abunda el hombre vive más y es más sano. Yo creo que las aguas de Mao podrían ser objeto de explotación en gran escala, como las del Vichi en Francia, llevándolas en garrafones y embotellada en las ciudades de mayor población como aguas de mesa medicinales.

Yo excité cuanto pude a los agricultores a quienes dicté una conferencia sobre las excelencias de la cooperación, hablándoles de los beneficios de industrializar los de la vaquería y del cerdo.

Y, a renglón seguido, fuimos obsequiados con unos quesos hechos en ese lugar, que no tienen que envidiar a los mismos celebérrimos quesos Manchemos que saboreamos hace poco en La Mancha en donde Cervantes hizo vivir a su Don Quijote.

Luego supimos que las manos benditas de la esposa de don Agustín Hernández habían confeccionado esos quesos; creyendo yo que donde hay mujeres como esas, modelos de esposas, que saben dedicar sus esfuerzos a tales faenas, la evolución cultural de la agricultura dominicana se ha de alcanzar en breve.

Salimos de Mao regocijados y con la esperanza de volver a saborear el agua de su río, que es el mejor Pactolo de ese valle ubérrimo”.

Amiama Gómez

1 comentario:

  1. Trujillo no solo fue el tirano que aniquiló las libertades públicas y el rector del régimen más sangriento que recuerde nuestra historia, sino también el amo y señor de las tierras más fertiles de nuestra república dominicana.Este hábil dictador para atenuar las posibles críticas que podrían surgir por el apoderamiento de las principales tierras del país, permitió que algunos núcleos familiares pudieran desarrollar algunas empresas agricolas.Esos núcleos familiares de apellidos sonoros todavía hoy sus descendientes disponen de grandes extensiones de terrenos, ubicados principalmente en el Cibao y en el Este de nuestro país.

    Antonio Mateo Reyes.

    ResponderBorrar

Para comentar un artículo seleccione la opción Anónimo, pero coloque su nombre y su e mail. Sus comentarios se publicarán tras la aprobación del Administrador. Se desecharán los comentarios ofensivos.