La Información, 20 de agosto, 1932.
Ayer enderezaron sus pasos hacia la divinidal región de Valverde los señores Rafael César Tolentino, honorable secretario de Estado de Agricultura y Comercio, el honorable gobernador provincial general José Estrella, el acucioso secretario de la la honorable Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de la provincia, el señor Santiago Petitón y el profesor Amiama Gómez, ingeniero agrónomo encargado de la propaganda de la secretaría de Estado de Agricultura, Industria y Comercio; habiendo visitado la hermosa hacienda “San Rafael”, enclavada en Los Pretiles, propiedad del honorable presidente de la República, en donde se pueden palpar a las claras las utilidades de las lecciones prácticas de Economía Rural y de pura ciencia agronómica, llevadas al terreno de los hechos, por el tesón y el método del inteligente y probo administrador de esa hacienda, señor Agustín Hernández, quien procede de un pueblo (Santa Cruz de Tenerife) en donde los hombres se corresponden en pujanza y amor al trabajo, con el volcán del Teyde, que es a las Islas Canarias, lo que Diego de Ocampo es a Santiago: la atalaya bella de los mirajes extraordinarios.
Los excursionistas han regresado encantados del buen deseo de los hombres de esa región por echar adelante en la obra del trabajo. Nadie piensa en esos sitios divinos sino en sus siembras y cultivos; cada quien echando sus cálculos, sobre la cuantía de la producción que se le avecina, y todos apegados a las ideas de organización y de disciplina de las labores de los campos que poco a poco va insuflando en la masa de la sangre de los hombres de trabajo, la secretaría de Agricultura en su prédica y ejemplo incesantes.
Como cinco mil quintales de arroz habrá de cosechar la hacienda San Rafael muy en breve; y ya se están aparejando los medios para la próxima recolección, organizándose depósitos científicos, y sobre todo el tren de maquinarias que son pertinentes a tal obra del presente, y del futuro, pues, el general Trujillo (tan agricultor como el que más) habiendo palpado los éxitos felices de la administración de su hacienda, se dispone redoblar las siembras, preparándose campos anexos a los de San Rafael para nuevas siembras.
Ese solo hecho llevará mayor cantidad de amor y fe a los hombres de esa región que habrán de ver en la labor del honorable Presidente, una lección objetiva en pro del aumento de la producción nacional, que es la obsesión patriótica del honorable secretario de Agricultura, en la traducción que él hace del programa de gobierno del general Trujillo.
Al llegar a la villa de Mao, los excursionistas, la población sacudió su marasmo, y se echó a la calle al son de la música que desparramaba la Banda de la ciudad, quemándose algunos fuegos artificiales; hasta que como regalo de los recién llegados, el cielo derramó una buena ración de agua de lluvia que es a Mao como una bendición de Dios.
Penetrando en los salones de la escuela mixta de la ciudad se organizó una conferencia de tono familiar, presentando el honorable secretario de Agricultura, señor Tolentino, al conferenciante Amiama Gómez, por medio de palabras hermosísimas, mientras que entre los oyentes surgían hombres que recordaron con cariño ternísimo los tiempos en que el profesor Amiama Gómez viviera en su pueblo, y como demostración de simpatía le tendieron los brazos como hermanos.
Hablando el profesor Amiama Gómez tan cálidamente que todos los circunstantes quedaron regocijados; haciendo elogios de los éxitos de los hombres que saben asociarse; explicando la obra mala que se hace cuando sin análisis científico se suele hablar de una semilla que no ha sido cuidadosamente seleccionada, mostrando a todos los éxitos que ha cosechado en Villa Vasquez un agricultor cuidadoso que sabe abonar sus terrenos y seleccionar su semilla; recogiendo cuatro quintales de arroz por tarea, cuando los que no respetaron esas pragmáticas han recogido dos o tres.
Destruyó el profesor Amiama con su palabra autorizada toda preocupación injusta alrededor de los éxitos de la variedad de arroz Fortuna que ha sido una verdadera fortuna para los agricultores dominicanos; haciendo observar a todos los cuidados exquisitos que se debe tener para evitar que sea hibridizada una buena semilla, con grave perjuicio de los mismos interesados.
Tan satisfechos quedaron los oyentes de la conferencia dada que se han interesado cerca del honorable secretario de Agricultura para conseguir que el conferenciante querido se haya de pasar una buena temporada en sus campos, a lo que ha asentido el secretario de Agricultura que vive identificado con el sentir y el pensar de todos los hombres de trabajo”.
Ya cerca de la noche regresaron a esta ciudad los excursionistas, haciendo elogios de las carnes, los quesos y las legumbres que rebosaban las mesas de los hombres que solo creen en el pan de Dios que la tierra les da a manos llenas y así se empeñan en multiplicarlo”.
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